miércoles, 25 de noviembre de 2020

IKIGAI

 


Es importante, para tener una vida larga y feliz, encontrar y querer  una razón de ser, que nos mantenga siempre ocupados, lo que nos llevara a momentos de felicidad.

            El Ikigai, se traduce como  aquello que te hace levantarte con una gran ilusión cada día, disfrutando de ello y siendo consciente de que es por lo que vale la pea vivir.

            El término Japonés Ikigai, reúne etimológicamente las palabras "ikiru" (vivir) y "Kai" (la materialización de lo que uno espera). Si las juntamos, nos dicen que es "tener un propósito para vivir".

Otra visión: "Iki" por "vida" y "gai" por "motivo, sentido, resultado, valor, merece la pena".

            Describe  la sensación de saber cuál es el sentido de la propia vida y en consecuencia, la seguridad de que tu existencia  merece  la pena. El descubrimiento del ikigai aporta sentido y felicidad. Un alto nivel de ikigai no sólo conduce a una experiencia más plena, sino que alarga la vida.

¿Por qué estoy aquí? ¿Cuál es mi misión en la vida? ¿Qué me hace feliz?

Todos nos hacemos estas preguntas, pero el Ikigai     es esa fuerza vital interior que es la  respuesta a todas las dudas existenciales.

Déjate seducir por la extraña sensación de lo que amas. No te desviará del camino.

RUMI

            Quien no encuentra sentido a su existencia tampoco sabe para qué vive, ni entiende por qué debe bregar con cada nuevo día; y, en consecuencia, necesariamente tiene menos energía y ganas de vivir, en comparación con el que sabe reconocer el sentido de su vida y procura hacer cosas que le brinden plenitud y le deparen dicha alegría.

Cada persona siente en el fondo de su corazón el anhelo de una vida llena de sentido. Este anhelo es suficiente para que seamos buscadores y descubridores de sentido durante toda la vida.

ELISABETH LUKAS

            El principio japonés del ikigai puede ayudarnos de forma sorprendente a encontrar un sentido a nuestra vida diaria. Sólo hay que descubrirlo, ya que cada uno de nosotros tiene su ikigai.


Las 10 claves para vivir tu ikigai con éxito, (del libro de Héctor García y Francesc Miralles "IKIGAI" )

 

Para vivir más seguramente es necesario vivir mejor, ser más felices. Aquí tienes pautas, pasos, consejos inspirados en los centenarios japoneses.

1. Mantente siempre activo, nunca te retires

Quien abandona las cosas que ama y sabe hacer, pierde el sentido de su vida. Por eso, incluso después de haber terminado la vida laboral "oficial" es importante seguir haciendo cosas de valor, avanzando, aportando belleza o utilidad a los demás, ayudando y dando forma a nuestro pequeño mundo.

2. Tómatelo con calma

Las prisas son inversamente proporcionales a la calidad de vida. Como dice un viejo proverbio: "Caminando despacio se llega lejos". Cuando dejamos atrás las urgencias, el tiempo y la vida adquieren un nuevo significado.

3. No comas hasta llenarte

También en la alimentación para una vida larga "menos es más". Según la ley del 80%, para preservar la salud mucho tiempo, en lugar de atiborrarse hay que comer un poco menos del hambre que tenemos.

4. Rodéate de buenos amigos

Son el mejor elixir para disolver las preocupaciones: con una buena charla, contar y escuchar anécdotas que aligeren la existencia, pedir consejo, divertirnos juntos, compartir, soñar… En suma, vivir.

5. Ponte en forma para tu cumpleaños

El agua que se mueve, fluye fresca y no se estanca. Del mismo modo, tu vehículo para la vida necesita un poco de mantenimiento diario para que pueda durar muchos años. Además, el ejercicio segrega las hormonas de la felicidad.

6. Sonríe

Una actitud afable hace amigos y relaja a la propia persona. Está bien darse cuenta de las cosas que están mal, pero no hay que olvidar el privilegio de estar aquí y ahora en este mundo lleno de posibilidades.

7. Reconecta con la Naturaleza

Necesitamos regularmente volver a ella para cargar las pilas del alma. Aunque la mayoría de los seres humanos vivan en ciudades, estamos hechos para fundirnos con la Naturaleza.

8. Da las gracias

A tus antepasados, a la Naturaleza que te provee de  aire y alimento, a tus compañeros de vida, a todo lo que ilumina tu día a día y te hace sentir dichoso de estar vivo. Dedica un momento del día a dar las gracias y aumentarás tu caudal de felicidad.

9. Vive el momento

Deja de lamentarte por el pasado y de temer el futuro. Todo lo que tienes es el día de hoy. Dale el mejor uso posible para que merezca ser recordado.

10. Sigue tu ikigai

Dentro de ti hay una pasión, un talento único que da sentido a tus días y te empuja a dar lo mejor de ti mismo hasta el fin. Si no lo has encontrado aún, como decía Viktor Frankl, tu próxima misión será encontrarlo.


El ikigai engloba:

·         El sentido de la vida.

·         Aquello por lo que merece la pena vivir.

·         Aquello por lo que merece la pena levantarse por las mañanas.

·         La felicidad de hacer cosas que nos complacen

·         La realización personal y la motivación.

·         La sensación de estar vivo.

·         La razón de existir.

·         La alegría y el objetivo vital.

 

            Pero el ikigai es un concepto amplio que puede englobar también las actividades concretas, las circunstancias vitales, las relaciones interpersonales, las ideas o intereses profundos, así como los sueños y objetivos. Se puede decir que en  el ikigai personal  intervienen cuatro grades factores que son:

·         Las cosas que nos gusta hacer.

·          Nuestras fortalezas o lo que hacemos bien.

·         Las cosas por las que nos pagan; nos podrían pagar, o por las que recibiríamos una contraprestación por parte de otros.

·         Las cosas que el mundo necesita.

 

                        El ikigai  también se halla en las pequeñas cosas, en apariencia insignificantes, que a menudo pasan desapercibidas. Así, cualquier persona  puede encuentran su Ikigai en la contemplación del amanecer, en el hecho de reunirse con sus amigos, en dedicar un rato a la lectura, en sumergirse en otros mundos, en ejercitar la atención consciente, en estar presente para su familia, en dar largos paseos con su perro, en aprender otro idioma, en expresar su creatividad en un curso de pintura, etc. La suma de las pequeñas alegrías cotidianas da como resultado una vida más plena.

 

Lo  verdaderamente importante es saber si puedes decir "sí" de corazón a aquello que te propones.

JOSEPH CAMPBELL

            La búsqueda de nuestro tesoro no termina nunca y se recomienda sopesar de vez en cuando qué aspectos de nuestro ikigai perduran y cuáles de ellos requieren una actualización para que encajen con una nueva situación vital o un cambio de postura interna.

            Hay un lugar en nuestro planeta donde los ancianos son más viejos que en ninguna otra parte. Es decir un sitio pequeño que concentra el mayor número de ancianos centenarios de la población mundial.

            A estos mayores la idea de dejar de trabajar o de retirarse es algo que no se les pasa por la cabeza. Saben  que sus ocupaciones merecen la pena y ven un sentido en sus quehaceres, tienen el ímpetu necesario para afrontar cada día con renovadas energías, y de  buen ánimo, por muchos años que tengan.

            Curiosonamente no hay palabra en japonés que signifique jubilarse, con el significado exacto de "retirarse para siempre", como tenemos en Occidente. Para ellos tener un propósito vital es muy importante y lo realizan mientras su salud se lo permita.

           

Nos dice Héctor García y Francesc Miralles en su libro Ikigai,:

el 3 de Abril de 1993, la federación de Clubes de Ancianos de la Aldea Ogimi, hace una declaración que dice lo siguiente:

 

A los 80 soy todavía un niño,

Cuando vengas a buscarme a los 90,

Olvídate de mí y espérame hasta que cumpla los 100.

Cuantos más viejos, más fuertes,

Y nada de dejar que nuestros hijos nos mimen.

Si quieres larga vida y salud, eres bienvenido a nuestra aldea,

Donde recibirás las bendiciones de la naturaleza y descubriremos juntos los secretos de la longevidad.


La importancia que tiene la comunidad

            El Ikigai también está muy vinculado al sentimiento que tienen estas personas de pertenecer a la comunidad. Las personas forman parte de un grupo durante varias décadas y siempre pueden confiar en él. Todos se preocupan de cultivar los lazos sociales en su vida cotidiana y se apoyan unos a otros. Por eso cada individuo tiene conciencia de su propia responsabilidad ante sí mismo y ante la comunidad. El objetivo es socorrer a quien lo necesite hasta que esté en condiciones, a su, vez de prestar su apoyo a otra persona.

            Todo aquel que cultiva unas relaciones sociales estables, y brinda su apoyo a otros cuando necesita ayuda, gana por partida doble. Por un lado, estará mejor pertrechado para hacer frente a cualquier problema de índole personal porque podría confiar en el respaldo de la comunidad; y por el otro, favorecerá que su Ikigai perdure.

 

Del libro de Bettina Lemke, "Encuentra tu ikigai"

 

Respuestas que dieron algunas personas cuando se le preguntoó ¿Qué da sentido a tu vida?:

 

·          Ver con gran esperanza el potencial de cada nuevo día.

·         Mis amigos y mi familia.

·         La compañía de otras personas.

·         Comer bien.

·         Hacer deporte.

·         Ser una buena persona y hacer aquello que me hace feliz.

·         Construir un  refugio para un pequeño erizo que he encontrado en mi jardín, y que así pueda resistir el próximo invierno.

·         Las personas, los animales y las plantas, y también el planeta.

·         Tocar música con mis amigos y actuar en salas molonas. Crear algo nuevo para lograr un mundo mejor.

·         Ver crecer a mis hijos día a día.

·         El amor hacia mi compañero o compañera.

·         Dedicarme a lo que me entusiasma.

·         La posibilidad de encontrar ideas nuevas.

·         Reír en compañía.

·         Ayudar a otros a encontrar el sentido de su vida.

·         Mi violonchelo.

·         Hacer un voluntariado en una organización humanitaria. Esto llena de sentido mi vida cada día.

·         Profundizar en la compasión y  la gratitud y trasmitir mi experiencia a otras personas.

·         La meditación de la primera hora de la mañana, pues se ha convertido en un pilar firme para todo lo demás.

·         Viajar a otros países y conocer otras culturas.

·         Mi perro Sam es mi compañero más fiel y mi mejor amigo.

·         La sonrisa de los niños que cuido en la guardería.

·         El trabajo en el huerto.

·         Soy profesora en un instituto. El trabajo con mis alumnos me aporta plenitud una y otra vez.

·         Aprender a confiar en mí mismo.

·         Fijar mis propias metas y tratar de conseguirlas.

·         Expresar mi creatividad.

·         En este momento mi ikigai es tomarme un periodo sabático de tres meses para hacer el Camino de  Santiago. 



BIBLIOGRAFIA:

García ECTOR Y Francesc MIRALLES: ikigai, los secretos de Japón para una vida larga y feliz. (2016). ED. Urano

García ECTOR Y Francesc MIRALLES: el método IKIGAI, despierta tu verdadera pasión y cumple tus propósitos vitales. (2017). ED. Aguilar

Bettina LEMKE: ENCUENTRA TU IKIGAI, el libro practico. (2017). ED. Urano.


lunes, 23 de noviembre de 2020

El término MONO NO AWARE "o de la fragilidad de la belleza"

 


 Es un concepto básico de las artes japonesas, especialmente de la literatura, que suele traducirse como sensibilidad o empatía.

EL SIGNIFICADO DE AWARE

Mono no aware o aware viene de mono, que significa “cosa”, y de 哀れ aware, que significa “sentimiento”. No existe una traducción española literal pero su significado se asemeja mucho a la famosa expresión latina tempus fugit, que interpretamos como “el tiempo vuela”. Así podemos identificarla como una declaración de sensibilidad o conciencia ante la natural fugacidad de las cosas y de la vida.  Apela a entender la transitoriedad de las cosas con un sentimiento de belleza y finitud.

Se podría decir que este término posee un toque de tristeza y melancolía, pero podemos interpretarlo además en sentido positivo, ya que el cambio y el final de algo pueden dar paso y ser el comienzo de otras cosas.

 Este concepto se puede comprender mejor con el ejemplo de la flor del cerezo: los japoneses admiran cada año los cerezos en flor, se sientan bajo ellos para contemplarlos hasta convertirlo en una tradición a la que han puesto nombre, el hanami 花見. Esta flor desaparece en unos días o en pocas semanas, por lo que es poco el tiempo durante el que se pueden apreciar. la lentitud con que se abre, su extrema fragilidad frente a la lluvia y el viento que domina la primavera, la inestabilidad caprichosa del cielo entre marzo y abril, los poquísimos días en que florece plenamente, la rapidez con la que sus petalos caen al suelo, la visión de  atormentadora belleza que dejan en los ojos del que los contempla.

 Pero también se trata de un procedimiento cíclico ya que todos los años vuelven a crecer: por esta razón también es una alegría poder observar la vida que florece una y otra vez. Admirándolas podemos entender el paso del tiempo y la impermanencia, lo efímero de nuestra existencia.

Según la definición de Kitayama Keita 北山谿太 en su Diccionario de Genji Monogatari 源氏物語辞典 de 1886, aware «es el sentimiento profundo que nos embarga al contemplar una hermosa mañana de primavera, y también la tristeza que nos sobrecoge al mirar un atardecer otoñal. Pero, ante todo, es un sentimiento de delicada melancolía que puede derivar en una profunda tristeza al sentir hondamente la belleza caduca de todos los seres de la naturaleza».

El aware o mono no aware hace referencia a la sensibilidad o capacidad de sorprenderse o conmoverse, de sentir cierta melancolía o cierta tristeza ante lo efímero, ante la vida y el amor. Es la capacidad de sentir compasión o piedad, sin influencia alguna de religiones o credos. Es un sentimiento puramente humano que va más allá de lo superficial y se centra en algo más profundo.

El mono no aware es una característica básica de las artes japonesas, especialmente de la literatura, ya que según muchos es la emoción más básica para llegar a conmover a los lectores. De hecho, en Genji Monogatari, un clásico de la literatura japonesa, hay una escena en la que el príncipe Genji se mira al espejo y siente, en palabras de Carlos Rubio(*), el paso del tiempo con una dulce melancolía y cierta tristeza reposada.

 

Si una persona no se disolviera, si no desapareciera como humo, las cosas perderían su poder de conmovernos.

Lo más preciado en la vida es su incertidumbre. En la filosofía budista japonesa, contrario a lo que quería Platón y que nos permea, no existe la concepción de un reino estable sobre o detrás de la realidad. Lo que es más, la realidad básica es entendida como impermanencia.

Allí reside su incomparable apreciación por la belleza. En lugar de ser causa de algún tipo de desesperación nihilista, darse cuenta de la transitoriedad fundamental de la existencia es para los japoneses un llamado a la actividad vital en el momento presente, a la apreciación hipermatizada de las cosas y fenómenos del mundo.

El término mono no aware es uno de los conceptos más bellos y panorámicos que ilustran esta estética del entendimiento.

 Preñado de matices y connotaciones, el término mono no aware inevitablemente pierde algo en la traducción, pero el significado directo, “la tristeza o el pathos de las cosas”, es el punto de partida. Refiere al agridulce sentimiento de ver las cosas cambiar.

Es, como decía Sei Shonagon en el siglo X, “cuando uno ha dejado de amar a alguien y siente que se ha convertido en alguien más, aun cuando sigue siendo la misma persona”. El diminuto dolor que acompaña a una flor cuando se marchita, la finitud que se aloja en cada una de las cosas.

La traducción de aware como “tristeza” se debe más que nada a la falta de una mejor palabra, porque la esencia de aware sugiere la experiencia de conmoverse profundamente por emociones que pueden incluir alegría y amor, pero siempre teñidas de finitud o dolor. Qué mejor que los árboles de cerezo para entender el concepto.

Otro gran ejemplo (y que recomendamos especialmente) está en las películas de Ozu Yasujiro, considerado el más “japonés” de los directores japoneses. En su obra hay una serie de memorables ejercicios que transmiten impecablemente el mono no aware:

Ozu Yasujiro expresa sentimientos por medio de objetos en lugar de actores, es decir deja a los objetos que son observados por las personas el papel de expresar sus sentimientos.  Un jarrón puesto en la esquina de un cuarto donde un padre y su hija duermen; dos padres contemplando las rocas en un jardín, sus posturas imitando las formas de una piedra; un espejo reflejando una ausencia… Todas imágenes que expresan el pathos de las cosas.

Algunas de estas películas son Late Spring (Primavera tardía) 晩春 de 1949, Bakushū (El comienzo del verano) 麦秋 de 1951 o Tokyo boshoku (Crepúsculo en Tokio) 東京暮色 de 1957.



USO DEL AWARE EN EL ARTE Y LA LITERATURA

El arte y la literatura se han visto muy influenciados por el concepto de mono no aware. Aquí os mostramos algunos ejemplos.

La obra Genji Monogatari 源氏物語 de Murasaki Shikibu 紫式部 de principios del siglo XI, recoge el sentimiento del mono no aware en todo su esplendor. De hecho, esta obra es del mismo período en que aparece el término, el período Heian. Cuenta la historia del príncipe Genji a través de 54 capítulos que incluyen toda su vida amorosa, su recuperación del poder imperial y la vida de su hijo y su “nieto” tras su muerte. Se considera una de las obras más importantes de la literatura japonesa, permitiendo gran difusión del sentimiento de aware

            Este concepto está estrechamente relacionado con la visión de la naturaleza que anima a los escritores japoneses y es, por tanto, una referencia constante del sentimiento nacional. "Todo lo que prospera decaerá de forma inevitable"

Encontramos incluso en la literatura occidental ejemplos del concepto de aware aun sin conocerlo directamente, incluso anterior a sus primeros usos en el periodo Heian. Es el caso de la Eneida de Virgilio del siglo I a.c., donde podemos leer frases simbólicas como «Sunt lacrimae rerum et mentem mortalia tangunt», que se puede traducir como: “Hay lágrimas de las cosas y las cuitas mortales tocan la mente”. Se puede decir, incluso, que la Eneida fue en este sentido un antecedente del aware japonés, subrayando así la universalidad de este concepto.

La primera vez que escuché la palabra Aware fue ya hace varios años. Cuando vivía en Japón y estudiaba caligrafía con mi profesora Tatsumi sensei. Ella me enseño la profundidad que se esconde detrás del arte de la escritura tradicional japonesa con pincel. Con ella aprendí, no solo a escribir de forma artística, sino a ser capaz de concentrarme en el momento presente, en la escritura y en la elegancia que requiere cada movimiento del pincel, primero apretando fuerte, luego dejándolo ir con suavidad para que los trazos pasen de grueso a fino con armonía. Realmente, la caligrafía japonesa es como una danza en la que participan, el corazón, el espíritu y el cuerpo. Es un acto de meditación en movimiento que entrena la mente para estar en una sola cosa.

Por fin entendí el verdadero significado de los Haiku

Tatsumi sensei me abrió las puertas de un mundo lleno de matices en el que todavía me queda mucho por recorrer. Uno de los grandes regalos que ella me hizo fue el de ayudarme a redescubrir el Haiku o poesía japonesa. Y digo redescubrir porque aunque  no era nuevo para mí, hasta ese momento no lo había llegado a entender de verdad. Por mucho que los leía, no les encontraba el sentido. Solo llegaba a ver un puñado de palaras formando una frase corta con un significado superficial que no me decía nada. Incluso llegué a darlo por perdido hasta que Tatsumi me habló del Aware, la esencia sutil escondida en el haiku y que un lector entrenado sabe descifrar en cada poesía.

El haiku no describe sentimientos, no elabora el contenido, no se esfuerza por componer un texto hermoso que destile elegancia y sea elocuente.  Solo trata de describir un instante en el que el autor experimentó un Aware. Pero, ¿Qué es un Aware? Como no podría ser de otra forma, se trata de una palabra que no tiene traducción en ningún otro idioma que no sea el japonés. Hay muchas maneras de definirlo, pero en mi humilde opinión diría que se trata de un sentimiento profundo provocado por la belleza efímera de la naturaleza.

 

¡Ah, la lluvia de primavera!

Las gotas de agua recorren

Los arboles hasta abajo

                                    Basho

 

 

 

Sobre la campana del templo

posada, dormida,

¡una mariposa!

                      Yosa Buson:

 

Estar presente en cuerpo y alma es la única forma de sentir un aware

Aquellas personas que no se han desconectado de su esencia y aprecian la grandeza que emite este ente vivo omnipresente, no pueden evitar verse sobrecogidas cuando presencian un instante único que les estimula los sentidos y les permite darse cuenta de la suerte que han tenido de haber estado allí, presentes en cuerpo y alma para darle el valor que algo aparentemente insignificante tiene. Una brisa de viento que mueve la hierba, el brillo de las conchas en la orilla del mar cuando el agua procedente de una pequeña ola retrocede y el vuelo de una libélula danzando de un lugar a otro en un atardecer de verano, son posibles ejemplos de un Aware de haikus reales.

Desde aquellas cariñosas explicaciones de Tasusmi sensei hablándome del Aware que habita en los Haikus, nunca los he vuelto a ver de la misma forma. De repente todas las piezas encajaban y me volví capaz de encontrar el significado oculto que los japoneses nos regalan en cada una de esas escuetas frases.

Para terminar esta reflexión, me gustaría pedirte que de ahora en adelante recuerdes esta palabra. Tenerla presente te ayudará a darte cuenta de cuándo has experimentado uno e incluso, te predispondrá a sentirlos más a menudo. Lo único que tienes que hacer es abrir tu corazón para dejar que la belleza de la naturaleza entre y lo llene de paz, serenidad y plenitud.

LIBRO: WA "la vía japonesa de la armonía" de Laura Imai Massina

            La traducción literal de aware es "pathos, sensibilidad estética, piedad, participación emotiva, melancolía, compasión" y la de mono no es "de las cosas". En su origen, aware era una exclamación de estupor y compasión, una interjección de asombro y tormento que aludía  a la calidad emotiva de las cosas, a su intrínseco valor, que involucraba por reflejo a la persona y, por extensión, a la reacción intima del ser humano respecto al mudo exterior.

            Mono no aware es disfrutar y aceptar lo efímero y lo pasajero, amar lo finito precisamente porque es finito. Es esa mezcla de alegría y tristeza que se advierte en la conciencia de la transitoriedad de las cosas, la sensación triste y agradable que se tiene al percibir el mujo, un término budista que ilustra la "fugacidad", la "provisionalidad", la "mutabilidad" del mundo.

                        En horas de ocio. Tsurezuregusa, Kenko Hoshi notaba que ningún ser vivo es tan longevo como el hombre.. Pero lo que marca la diferencia es la intensidad de la vida, de forma que, si se saborea la vida y se siente pasión, incluso un solo año "puede parecer suficientemente largo".

            Mono no aware reafirma la importancia de situarse en el aquí y ahora, nos recuerda que la percepción del final no debe desanimarnos, sino enamorarnos, nos empuja a vivir el instante, a dilatarlo, porque tenemos fecha de caducidad; llena de significado  el poco tiempo de que disponemos.

 

BIBLIOGRAFIA:

IMAI MESSINA, Laura: WA "LA VIA JAPONESA DE LA ARMONIA"   (2020) ED. Aguilar.

https://japonismo.com/blog/el-concepto-de-mono-no-awar

IKIGAI

  Es importante, para tener una vida larga y feliz, encontrar y querer   una razón de ser, que nos mantenga siempre ocupados, lo que nos lle...